diciembre 24, 2010

No estoy segura de que fuera navidad

 Título "Ernesto salva la navidad"


No estoy segura de que fuera navidad, pero lo parecía. 

El día había comenzado con la perdida de uno de mis dientes, pero eso no aminoró la experiencia de descubrir una nueva ciudad muy lejos de la mía. Aquello me distrajo de la idea de ser visitada por un hada cleptómana en su intento de meter la mano bajo mi almohada.

Nadie me advirtió que de vuelta al hotel encontraría las camas tendidas, la ropa en su lugar y chocolates en el tocador. ¿Qué hace todo el mundo comprando casas cuando deberían estar mudándose a habitaciones de hotel?

Tomé un baño caliente, me puse la pijama y mientras lavaba mis dientes deje caer al retrete "por accidente" un premolar de leche en un acto de precaución.

Mi madre recibió un carrito con la cena, cubierta con extravagantes tapas metálicas para conservar su calor. Mi hermano prendió el televisor, eligiendo entre todos los canales aquel donde emitían la película "Ernesto salva la navidad". Tan ligera e hilarante.

Una solo lampara iluminaba toda la habitación y tras el gran ventanal las luces de los edificios se unían con las estrellas. Aunque la ciudad no podía ser más ajena y nada nos pertenecía en ese lugar, todo lo que necesitaba en el mundo se concentró en cuatro paredes, y la noche trascurrió como la más dulce de las navidades.


1 comentario:

eugenialejos dijo...

me encanta el texto;)