Ese invierno no pudimos comernos a los patos... ni el siguiente. Por las mañanas me gustaba salir a desayunar al patio, solo para verlos caminar de esa manera tan graciosa. Nunca les caí bien pero yo los amé desde el primer instante. Llegué a tomarme toda una botella de lambrusco mientras les explicaba mis ideas de mundo y como pensaba revolucionarlo. Durante el verano se apoderaron de la piscina y no pudimos usarla ni una sola vez. Siempre se levantaban antes de que yo lo hiciera y cuando me fui les dije que solo iba por unos cigarros. Que puedo decir, odio decir adios (y eso que la vida no es mas que una despedida prolongada).
abril 12, 2010
.signo de exclamación.
Ese invierno no pudimos comernos a los patos... ni el siguiente. Por las mañanas me gustaba salir a desayunar al patio, solo para verlos caminar de esa manera tan graciosa. Nunca les caí bien pero yo los amé desde el primer instante. Llegué a tomarme toda una botella de lambrusco mientras les explicaba mis ideas de mundo y como pensaba revolucionarlo. Durante el verano se apoderaron de la piscina y no pudimos usarla ni una sola vez. Siempre se levantaban antes de que yo lo hiciera y cuando me fui les dije que solo iba por unos cigarros. Que puedo decir, odio decir adios (y eso que la vida no es mas que una despedida prolongada).
a las
10:35 p.m.
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Publicado por
Ani
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2 comentarios:
Me encanta
hagamos una revolución ya!
Noooooooooo!!!!...¿¿¿quién va a cuidar de los patos ahora????
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