Conocí a un triunvirato de tipos que me hicieron pasar un par de horas despreciables. Esta historia, que tiene como desenlace a Mariella S. escapando con agua mineral en la mano y una nueva percepción de las
costarriqueñas, me ha puesto a reflexionar acerca de
mi mundo y su perímetro.
La división bondadosas que se crean como resultado de
: pintar los días del color de tu predilección, elegir solo a personas que te hacen sonreír para compartir el transcurso de la vida y el control remoto incertado en el cerebro de cada quien, para ver únicamente
"eso" que interesa.
Es decir, la orbe en que vives, la combinación, es tu receta de la casa. Yo digo que la mía es
delicatessen.
Así que cuando planeen salir a una estimulante expedición, traspasando las fronteras, no olviden llevar cámara para documentar y dinero suficiente para que un taxi los devuelva a su dimensión. Es mi consejo.